Capturé estos momentos durante una velada íntima en la que Samuel, inmerso en la música, nos regaló una interpretación vibrante al saxofón. En cada nota, el espacio se llenaba de la energía y pasión con la que abordaba cada melodía, creando una atmósfera única. La textura de la luz y las sombras realza la conexión entre él y su instrumento, mientras el sonido se transformaba en imágenes para quienes estábamos ahí. Estas fotos reflejan no solo un instante musical, sino la fuerza y emoción de un artista en su máximo esplendor.